sábado, 30 de noviembre de 2013

Una mujer boliviana enferma de cáncer necesita 30.000 euros para traer a un familiar que la cuide

A Verónica le detectaron un cáncer casi un año después de los primeros síntomas. Tiene dos hijos pequeños y su marido quiere traer a su hermana de Bolivia para que pueda cuidar de los pequeños, pero el consulado español pide 30.000 euros de aval de garantía.
Verónica Limachi, de 30 años y auxiliar de enfermería, decidió comenzar una nueva etapa en España junto a su marido Moisés, de 32, hace ya siete años y medio. Aquí han nacido sus dos hijos, que actualmente tienen cinco y siete años. Hasta ahora, una vida normal, ambos con trabajo, disfrutando y ofreciéndole la mayor dedicación a sus pequeños.
Hace ya cerca de un año, Verónica comenzó a tener dolores estomacales y hace menos de dos meses le detectaron un tumor gástrico, casi un año más tarde. Esta situación ha puesto en jaque a una familia que se ha visto superada por esta circunstancia.
Uno de los momentos más complicados relata Moisés fue cuando la madrina de la familia al hablar con el médico que la estaba tratando, le señaló que lo mejor sería que regresaran todos a Bolivia y la trataran y allí pudiera disfrutar de sus familiares y amigos. Él se negó a marcharse debido a que "la medicina no es tan avanzada en Bolivía como aquí en España".
Ella necesita cada vez más la ayuda y asistencia de Moisés y él no saca tiempo para compaginar su cuidado con el de sus hijos. Para intentar remediar este problema, este joven boliviano quiere traer a su hermana para que pueda hacerse cargo de los niños, pero no es tan sencillo como parece. La única pariente que puede venir a España de la familia es la hermana del marido de Verónica, pero al no reunir los requisitos para la reagrupación familiar, el coste para que pueda venir es de cerca 30.000 euros.
Moisés señala que "lo que necesita para venir lo más rápido posible es llegar como turista, pero el consulado español exige un aval de garantía en la cuenta bancaria" y respecto a lo solicitado se pregunta "¿quién tiene hoy en día es cantidad?".
Amigos de la familia están ayudando a esta joven pareja boliviana a afrontar todos los problemas que se le han presentado. Durante las dos primeras semanas Moisés relata que se sintió muy solo, "no le dije nada a nadie y me apañé con mi trabajo y mis hijos y cuando ya me dijeron el tema de la úlcera y tenía que atenderla más, empecé a llamar a todos los amigos para pedirles ayuda".
Tuvieron que dejar su domicilio debido a no poder afrontar los pagos, ya que él tuvo que dejar su trabajo, pero una amiga les ha cedido su vivienda para que puedan alojarse hasta que las cosas mejoren.
AYUDA
Actualmente, las asociaciones de Maracena y el consistorio municipal están ofreciendo toda la ayuda posible para que esta familia pueda salir adelante, ya que en un breve periodo de tiempo Verónica seguirá recibiendo el tratamiento desde casa. El Ayuntamiento de Maracena ha facilitado para tal efecto una persona de dependencia que se encargue de la situación de ella una vez regresé a su domicilio, así como ha garantizado el comedor escolar para los dos niños de la pareja.
La asociación Colombiana e Iberoamericana de Mujeres (ASOCIM), junto con la Asociación Mariana Pineda, MUMAPI (Asociación de Mujeres de Maracena por la Igualdad) y la asociación de mujeres bolivianas NOSOTRAS han abierto una cuenta bancaria para poder ayudar a Verónica y Moisés en los gastos ocasionados de su tratamiento y para obtener los billetes de avión. El número facilitado es: 0049 1303 74 2010022816.
Asimismo, desde ASOCIM hacen un llamamiento a las instituciones para que pueda haber una excepción en cuanto a la reagrupación familiar, comprendan el caso y permitan a la hermana de Moisés venir a España lo antes posible.
Moisés señala que la cantidad de 30.000 euros es mucho dinero y que el personal médico antes del verano, cuando aún no le habían detectado el cáncer, apoyó que Verónica regresara a Bolivia junto a su marido y sus dos hijos porque sus dolores podían ser consecuencia del estrés. Ahora se arrepiente de dicha decisión y precisa que "si lo hubiera sabido antes no hubiéramos ido a Bolivia, ahora es mucho dinero".
La situación, quizás, más complicada la están viviendo los dos hijos de esta pareja boliviana. Con tan solo cinco y siete años aún no son conscientes de lo que está sucediendo y su padre relata que "la grande ya pregunta por su madre, y si vamos a tener una hermanita porque la ve con mucha barriga". Una de las consecuencias del tumor es la acumulación de líquidos.
El principal hándicap que ha desencadenado esta situación es la tardanza en detectar la enfermedad. Tras los primeros meses de dolores estomacales y de tratamientos, pastillas e indicaciones equivocadas, un malestar se posicionaba, cada vez más, en orden ascendente.
Al regreso de Bolivia, relata Moisés que Verónica "no podía dormir tumbada, tenía que dormir sentada. Aunque los médicos le daban pastillas para dormir, nada le servía". Los médicos le mandaron una endoscopia para enero de 2014 pero la insistencia del marido dio sus frutos y consiguió 'topar' con un médico que le adelantó la analítica y le detectó un tumor en el estómago que se encontraba muy avanzado.
Moisés afirma que el personal sanitario aún no le ha dado una explicación concluyente. A pesar de todos los inconvenientes y de los indicios de que el estado de Verónica no resulta ser el más favorable, él no cesa en su lucha y afirma que "yo seguiré a su lado e intentando que siga haciendo su vida normal. Con la quimioterapia y con la medicina tan avanzada de aquí, tengo la esperanza de se pueda salvar y todo vuelva a ser como antes".

No hay comentarios: