miércoles, 9 de noviembre de 2016

Ciclo música original para banda: Por mar y aire

Desde 11/11/2016 hasta 11/11/2016

Programa: Banda Municipal de Música
Centro: Conservatorio Superior de Música Victoria Eugenia
Horario: 20:00
Ciclo música original para banda: dar a conocer lo mejor del repertorio de música original para banda de los últimos años. Un programa planteado bajo una temática que incluye tres obras dedicadas a lo marítimo y otras tres a lo aéreo, de compositores estadounidenses a excepción del joven de Singapur, Benjamin Yeo.

Por Mar y Aire

Banda de Música de Granada
Coordinador Técnico Musical

Dirección de Ángel López Carreño

Programa:

1. "Song of Sailor and Sea" (1997), Robert W. Smith (1958-)
Songs of Sailor and Sea es un canto a la eterna fascinación del hombre por el mar y a los innumerables marinos que han bregado con sus poderosas olas y con los misterios de sus profundidades. Es un encargo de la Banda de la Marina de los EE.UU. y sus tres movimientos describen la vida a bordo (con Sea Chanty), las criaturas del mar (Whale Song), y los veloces navíos a vela estadounidenses de la clase clipper (Racing the Yankee Clipper). Una nutrida sección de percusión enriquece el dramático discurso narrativo de estas piezas.

2. "Of Sailors and Whales" (1990), W. Francis McBeth (1933-2012)
Este poema sinfónico se inspira en cinco escenas tomadas del Moby Dick de Herman Melville. Se trata de un encargo de la Asociación de Directores de Banda de California, y fue estrenada en febrero de 1990 por la California All-State Band, dirigida por el compositor. La obra está dedicada a Robert Lanon White, comandante de la Armada Estadounidense, quien comenzó su carrera naval como “un simple marinero”. El propio autor seleccionó los textos de la novela que acompañan al título de cada uno de los cinco movimientos, los cuales pretenden representar la esencia de otros tantos caracteres de tan épica aventura marinera.

I. Ismael – "Cuando me hago a la mar, voy como un simple marinero."
II. Queequeg – "Estaba bien claro que debía ser algún abominable salvaje, pero Queequeg era una criatura en fase de transición: ya no oruga y aún no mariposa".
III. Padre Mapple – "Acabado esto, con prolongados tonos solemnes, como el continuo doblar de una campana en un barco que se hunde en alta mar entre la niebla, comenzó a leer así el siguiente himno, pero, hacia las estrofas finales, cambió de acento y concluyó con una repiqueteante y gozosa exultación."

Las costillas de horror de la ballena alzaban sobre mí su arco funesto;
la hora de Dios, con claro sol, pasaba y me llevaba a lo hondo, a ser juzgado.
Entre el espanto negro, clamé a Dios, al que apenas podía creer mío;

él inclinó su oído a mis querellas, y la enorme ballena me soltó.
Mi canto para siempre contará esa hora de miedo y de alegría;
yo doy toda la gloria a mi señor; suya es toda la gracia y el poder.

IV. Ahab – "Tan poderosamente me afectó el conjunto del siniestro aspecto de Ahab que durante unos breves momentos apenas percibí la bárbara pierna blanca sobre la que parcialmente se apoyaba."
V. La ballena blanca - "Moby Dick parecía poseída por todos los ángeles despeñados desde el cielo. ¡Las aves! ¡Las aves! Ellas señalan el lugar" .

3. "A Song of the Sea” (2007), Rex Mitchell (1929-2011)
La pieza describe los incesantes flujos del mar, desde su calma serena hasta su turbulencia tormentosa, abarcando múltiples estados de ánimo y diversas paletas de colores. Se trata de una evocadora composición que también celebra la rebosante variedad de la vida que pulula en los océanos.

4. "Dillon´s Flight" (2007), Ralph Ford (1963-)
Esta pieza toma como inspiración los ideales y preceptos plasmados en el código de conducta de la Emerson J. Dillon School, sita en Phoenix, Nueva York. La mascota de esta escuela, pertinentemente, es la mítica ave Fénix, el pájaro de fuego presente en las tradiciones de Egipto, Grecia, China, Arabia o las culturas amerindias, la cual no pone huevos ni tiene crías, que presenció el nacimiento del tiempo, y que aún habita algún remoto lugar de un desierto perdido. Esta gloriosa ave, provista de un plumaje rojo y dorado deslumbrante como el mismo Sol, renacería cada 500 años de sus propias cenizas plateadas tras ser consumida por las llamas inducidas por los rayos solares. El joven Fénix, de este modo, remontaría de nuevo su vuelo para alabar con sus cantos al astro rey durante otros cinco siglos.

5. "Flight, Adventure in the Sky" (2011), Benjamin Yeo (1985-)
Dedicada a (y estrenada por) la banda del Centro para el Desarrollo del Talento Musical de Singapur, Flight es una obra programática dividida en seis breves episodios, cada uno de ellos describiendo un aspecto concreto de las vivencias de un joven piloto en vuelo. Se puede escuchar el arranque del motor; la avioneta por fin remonta el vuelo y comienza un excitante viaje musical; vistas sobrecogedoras, turbulencias aterradoras, y una enorme tormenta forman parte de las experiencias a las que se enfrenta nuestro aviador. Por fortuna, la aventura aérea acaba bien y, finalmente, nuestro protagonista desciende a tierra sin mayores complicaciones. Efectos musicales concretos, como la imitación del sonido del motor, añaden un sentido de realismo a la pieza.

6. "Visions of Flight" (1990), Robert Sheldon (1954-)
Se trata de una imponente composición que trata de transmitir la sensación de libertad que se experimenta al volar. Las exuberantes escalas de las maderas anticipan los esplendorosos enunciados de los metales. Como contraste, la delicada sección central se construye con sonoridades cálidas. Una brillante imbricación de los motivos del vuelo conducen la pieza hasta su vibrante conclusión. 

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