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Terence Oliver Blanchard (Nueva Orleans, 1962) era compañero de juegos de los hermanos Marsalis, y como ellos, empezó siendo muy niño a tocar el piano y a recibir una excelente formación en la New Orleans Center for Creative Arts, entre cuyos maestros se encontraba Ellis Marsalis. Mientras estudiaba en la Universidad Rutgers de Nueva Jersey, Lionel Hampton lo llamó para que lo acompañara en sus giras. En 1982, Wynton Marsalis abandona los Jazz Messengers de Art Blakey, pero no sin antes recomendar a Terence para que ocupara su lugar. El trompetista no solo formó parte de la célebre banda, sino que asumió la dirección musical durante cuatro años, hasta que formó un formidable quinteto con el saxofonista Donald Harrison, con el que compartió interesantes grabaciones.
Blanchard posee una trayectoria llena de éxitos: ha recibido cinco Grammys y once nominaciones. La educación musical es otra de sus dedicaciones, como director artístico de la Orquesta Sinfónica de Detroit, director del Instituto de Jazz Thelonious Monk y del Instituto Henri Mancini de la Universidad de Miami. En la biografía de Blanchard existe además una relación idílica entre el cine y su música, pues tiene en su haber más de cincuenta bandas sonoras. Spike Lee no rueda una película sin su música (la más reciente es la controvertida Chi-Raq) ni un documental, como el multipremiado que rodó sobre el huracán Katrina.
«No puedo respirar», fueron las últimas palabras que el señor Garner pronunció después de ser reducido por la policía hasta terminar asfixiándolo en Staten Island. Esta frase, que alentó un nuevo movimiento contra la brutalidad policial en Estados Unidos y apareció en camisetas, pancartas y fue viral en las redes sociales, ha dado título la gira de Blanchard y a su más reciente álbum con E-Collective.
El trompetista quedó impresionado no solo al comprobar que en los pies del escenario de Clove Lakes Park en Staten Island estaba la hija de dos años de Garner escuchando ensimismada, sino que su música había producido el efecto de olvidar venganzas. Decidió que grabarían sus actuaciones en directo por todas las ciudades azotadas por las tensiones raciales a causa de una brutalidad policial impune ante la justicia. Coincidiendo con esas grabaciones, Blanchard dialogó con líderes de las comunidades locales dialogar para conseguir un cambio social más positivo. Es así como nació Breathles
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